Análisis de Forza Motorsport
Forza Motorsport regresa tras un paréntesis de seis años para mostrar lo que debería ser un simulador de carreras moderno. Si tienes la oportunidad, ¡asegúrate de llegar a la línea de salida!
El ardiente sol catalán derrite los neumáticos calientes sobre el asfalto mientras el Corvette E-Ray y el Cadillac V-Series.R entran en la última curva antes de la línea de meta. En este deporte, sólo la agresividad a sangre fría puede llevarse a casa el trofeo dorado, y los cobardes no tienen sitio en la parrilla de salida. La bandera a cuadros ondea, el cronómetro se detiene, el público enloquece: un nuevo campeón es coronado en el podio de las carreras duras.
Han pasado seis años desde el lanzamiento de la última y séptima entrega de Forza Motorsport, y el último juego de Turn10 llegó a la tienda digital de Microsoft hace casi dos años, así que es comprensible que los jugadores de Xbox estuvieran ansiosos por el regreso de la serie. Los que buscaban una experiencia similar sólo podían, en el mejor de los casos, satisfacer sus deseos conduciendo Assetto Corsa Competizione mientras miraban con lágrimas en los ojos a PlayStation 5 y Gran Turismo 7. Los aficionados a las carreras arcade no podían quejarse, por supuesto, ya que la serie Forza Horizon barría a la competencia de la pista una y otra vez, pero los que querían una experiencia de conducción más implicada, profunda y técnica tuvieron que esperar pacientemente a que llegara su momento.
Forza Motorsport, que llega sin número y abre un nuevo capítulo en todos los aspectos, ha llegado por fin y, al igual que sus series hermanas reunidas en el garaje de Playground Games, ha dado a los juegos de carreras modernos un nuevo punto de referencia. Sin embargo, como ya ha pasado un tiempo desde el lanzamiento de la última entrega de Motorsport, hay que dejar claro que este es un simulador mucho más serio que cualquiera de los juegos de Horizon, y a pesar de los inigualables efectos visuales y la experiencia de conducción fantásticamente realista, deja la puerta abierta a aquellos que solo quieren una conducción de fin de semana en el legendario asfalto.