Crítica retrospectiva de la película Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

La cuarta aventura de Indy provocó la ira de muchos fans, y aunque esas opiniones negativas están bien fundadas, no hay que pasar por alto sus cualid.

La cuarta aventura de Indy provocó la ira de muchos fans, y aunque esas opiniones negativas están bien fundadas, no hay que pasar por alto sus cualidades positivas. Después de todo, a pesar de los defectos, el envejecido profesor de arqueología estuvo en la cima de su carrera.

19 años. Ese es el tiempo que tardó George Lucas en recibir el visto bueno, Steven Spielberg en tomar el relevo y Harrison Ford en ponerse por fin el icónico sombrero, atarse el icónico látigo y empezar a rodar la siguiente película de Indiana Jones. Si alguien hubiera dicho abiertamente al final de El último cruzado en 1989 que ése era el tiempo que tendríamos que esperar para la cuarta parte, la mayoría de los fans probablemente se habrían escandalizado; y aunque es fácil razonar en retrospectiva, quedó claro muy pronto que la nueva aventura no iba a ser un simple parto. Y no sólo porque una película de Indiana Jones nunca es una película de antorchas (se empezó a trabajar en ella a principios de los 90, pero a los creadores les costó dar con un "MacGuffin" adecuado, en este caso, un artefacto que hiciera avanzar la trama).